A CERCA DE UNA SOCIEDAD PARA LA LOCURA
- Verónica Hernández Jacobo
- 18 feb 2022
- 3 Min. de lectura
"Ciertos espíritus no mediocres han querido que los dominios de la gloria le estén vedados a la psiquiatría: el mejor de sus argumentos, el que dice que la enfermedad no puede dar ningún valor espiritual positivo, descansa íntegramente sobre una concepción doctrinal de la psicosis como déficit, y nosotros justamente hemos comenzado por demostrar lo mal fundado de semejante teoría." - Jacques Lacan.

Carolina Alcuaz psicoanalista argentina trabaja a profundidad el fenómeno de la locura en su libro titulado Otra Sociedad Para otra Locura: Estudios sobre los lazos sociales en las psicosis, de Xoroi ediciones de España, y en venta en varios países latinoamericanos. En este texto la autora expone la rigurosidad y la calidad teórica de su trabajo clínico con pacientes psiquiátricos. Carolina sostiene que la función del lazo es necesaria para la coexistencia de los sujetos, para que se mantenga hasta cierto punto lo civilizado. Nuestra autora hace un recorrido observando lo asilar, la manera en cómo se desenvuelve el paciente psicótico, y sabe que cada uno de estos pacientes más allá de lo universal de su diagnóstico, dan cuenta de su singularidad, de su propia historia, así que como Freud, Lacan y Miller sabe acentuar el uno por uno en su practicable clínico.
Ella como buena clínica sabe por experiencia el dolor del sufriente, y ve en esos espacios del asilo como desfilan sujetos alienados, donde no deja este de fracturar sin querer la escena familiar. Carolina se deja enseñar por los pacientes y ve como se desborda el sufriente en la locura, estos sujetos la colocan frente a la responsabilidad ética, pues mas que someter vía el diagnóstico y el medicamento, a ella no la convence el carácter deficitario de la psicosis sino que en ese fenómeno un sujeto lo habita mas que la supuesta enfermedad.
Carolina ubica a la locura, la psicosis y la esquizofrenia como rupturas en el lazo social, es necesario sostener este lazo pues su disolución produce el descalabro psíquico. En la psicosis aparece un sentimiento de extrañeza, de extranjero, en sí, la psicosis es una experiencia de ruptura de sentidos, la autora, mediante la enseñanza de Lacan previene a los jóvenes psiquiatras para que no se apresuren a comprender al paciente, más bien tener la posibilidad de elaborar preguntas.
Nuestra autora, sabe hilvanar de manera ornamental el soporte teórico, menciona que la sociedad como un todo puede ser una ilusión, podemos afirmar que existen diferentes maneras de vincularse con los otros, con las cosas, con el cuerpo y con el lenguaje. A estas modalidades las llamaremos, desde la perspectiva del psicoanálisis, “lazos sociales”. En suma, la sociedad no es otra cosa que la familiaridad con el mundo silenciosamente percibida. Hay lazos sociales, en plural. Se puede estar fuera o dentro de ellos. Son los vínculos que nos permiten habitar lo que llamamos la sociedad.
Estar fuera es la ruptura con el mundo y con la realidad, ya que la realidad de entrada también es un punto problemático, nuestra autora pone sobre la mesa de discusión la función de amo, y las consecuencias de este tipo de discurso entre los palêtres, adelanta la autora con una cita de Freud de que somos esclavos de las pasiones.
En el texto Una sociedad para la locura…se retoma de Lacan los discursos para profundizar las formas específicas de lazo social y su función de cohesión social, así como une, destruye, la fragilidad y ruptura del lazo no se producen solo en la locura sino en otras formas de ruptura social, incluso siempre estamos inventando formas de lazo para poder sostenernos. En el hospital aparecen lugares comunes, donde incluso la locura comparte un rasgo común, aunque el paciente señala que es el otro el que se encuentra loco.
Para Carolina el malestar aparece como uno de los problemas fundamentales de los hombres en sociedad. Sin embargo, es a lo largo del texto que descubrimos una cuarta fuente que relativiza dicha afirmación y se convierte en la clave para comprender la fragilidad de los vínculos. Lo interesante es que de todas las causas de padecimiento esta nos acecha desde nuestro interior convirtiéndonos en enemigos de nosotros mismos. Somos así esclavos de una fuerza demoníaca que explica nuestra tendencia a la autodestrucción y que Freud denominó pulsión de muerte. Sirva esta pequeña referencia al libro como invitación para su adquisición y lectura.
Verónica Hernández Jacobo.
Guadalajara, Jalisco.
Psicóloga, Doctora en educación, colaboradora en la Cátedra Freudiana y Lacaniana sinaloense
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